28/9/08

La Isla


Este libro cayo en mis manos por casualidad,un dia de tantos que pase por la libreria a comprar libros ,vi este pero paso desapercibido,no le di mayor importancia hasta que al ir a pagar el librero me lo recomendo y naturalmente me lo lleve.


Stuparich es un escritor italiano que sobrevivió a la barbarie nazi. Escribió este pequeño relato tres años después de ser internado en el campo de concentración de San Sabba.


La isla narra la historia del encuentro entre un padre y un hijo. El padre se va a morir y quiere reencontrarse con sus origenes, la isla, y recuperar la relación rota con su hijo. Cuando su hijo recobra el amor por su padre, este está ya en sus últimos dias. Se trata de un texto corto, sencillo y lineal, pero mágico.

Como en cuadros que se suceden con libertad y soltura, el relato nos va presentando los cuidados, los temores, las esperanzas, y asimismo las pesadillas que recorrerlos pensamientos del hijo y del padre. Con una lengua clara el relato se adentra en reflexiones en torno a los grandes temas existenciales: las distintas edades, la vejez, la vida como lucha física, la enfermedad, la fatalidad de la muerte, el mal espiritual que acompaña .incluso a los sanos que conviven con los enfermos- a la condición del sufrimiento , el miedo, la resignación, el sentimiento de la de la muerte (incluida la propia) del que está cerca de una persona querida que se aproxima a su fin".
Un fragmento del libro:
Las dos habitaciones estaban una frente a otra, separadas por un estrecho pasillo. Las ventanas de ambas daban al puerto, por encima de una plazoleta triangular… […] Se asomó a la ventana. En la ventana de al lado estaba asomado su padre; de la camiseta le salían los hombros puntiagudos, los brazos flacos; cuánto había decaído aquel tórax vigoroso. -¿Cómo te encuentras? -Bien, me encuentro realmente bien. Pero temo que tú, en cambio, estés a disgusto… -Hace calor; me acostumbraré. -Mañana levántate cuando te apetezca, vete por tu cuenta. Te he traído a la isla, te he encerrado entre estos peñascos; pero aquí eres libre de hacer lo que te plazca, basta con que yo te sepa cerca. Nos vemos a la hora de comer. No te preocupes por mí. Tampoco el padre, en la otra habitación, dormía. Las noches se le hacían pesadas; a menudo se levantaba de la cama y se ponía a caminar por la habitación; al estar tumbado tenía la impresión de un peso que lo aplastaba. Incluso ahora en la isla, aun habiendo estado bien durante todo el día, una vez llegada la noche, volvía a sentir en el pecho el mismo sordo tormento: como un espantoso cangrejo que le hincara sus pinzas en los tejidos y, nutriéndose de sus fibras, aumentase de peso y lo ahogara. Pero tenía el ánimo más tranquilo y la mente más serena…

Una pequeña joya literaria cargada de detalles que perdurara en nuestras mentes ,una lectura breve, que invita a la reflexión, con una gran carga poética. Un Elogio del momento y una meditacion sobre la muerte ;en definitiva un festin de emociones contenidas que estremece al lector sensible.

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