10/8/09

Las ciudades invisibles


Al hombre que cabalga largamente por tierras agrestes le asalta el deseo de una ciudad. Finalmente llega a Isidora, ciudad donde los palacios tienen escaleras de caracol incrustadas de caracolas marinas, donde se fabrican con todas las reglas del arte catalejos y violines, donde cuando el forastero está indeciso entre dos mujeres siempre encuentra una tercera, donde las peleas de gallos degeneran en riñas sangrientas entre los que apuestan. En todas estas cosas pensaba el hombre cuando deseaba una ciudad. Isidora es, pues, la ciudad de sus sueños; con una diferencia. La ciudad soñada lo contenía joven; a Isidora llega a edad avanzada. En la plaza hay un murete desde donde los viejos miran pasar a la juventud: el hombre está sentado en fila con ellos. Los deseos ya son recuerdos.

Las ciudades invisibles - Italo Calvino
Imagen:Codazzi

2 comentarios:

Beatrice dijo...

¡Excelente! pasamos la vida soñando esa ciudad y no nos damos cuenta como van pasando los años.

Odel dijo...

Si como soñar no cuesta nada ,pues los años pasan y hay sueños que nunca se llegan a cumplir.